Abrir mi corazón y dejar atrás el miedo del closet no fue un camino sencillo, pero se convirtió en un viaje de autodescubrimiento que ha moldeado la persona que soy hoy.
Hoy en día, con orgullo, puedo afirmar que soy gay y aceptarme tal como soy. Sin embargo, en aquel entonces, el Erick que ocultaba esta parte de su ser se sentía atemorizado. La sociedad era más inhóspita, y la sombra de la homofobia era aún más opresiva.
Hoy, me siento bendecido por tener una familia que me acepta y ama incondicionalmente. Aunque al principio les costó entender, con el tiempo, se transformaron en sus mejores versiones. Mi orgullo se nutre de su amor y aceptación desde el momento en que decidí amarme a mí mis
mo, sin secretos ni temores.
A quienes aún no han salido del closet, les envío un fuerte abrazo. Yo estuve allí y entiendo su proceso. Quiero que sepan que más allá de ese oscuro armario, hay un mundo lleno de luz, paz y amor esperándolos.
Para quienes han dado ese valiente paso, pero su familia los ha abandonado, quiero que sepan que, aunque no de sangre, soy parte de su familia. Los amo y les extiendo mis brazos con cariño y apoyo.
NOTA: Este escrito fue originalmente publicado en Facebook el 11 de octubre de 2020.
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